Almohadas

Otra vez,
acompañando al silencio
si piensa, no se
es un amigo indefenso,
¿se ocultará del sol?
o de la luna se esconde
tiene un nombre sin voz
o quizá no tiene nombre.

Otra vez,
entre las grises almohadas
que no paro de apretar
que se encuentran ya cansadas
¿será de mí respirar?
o de mis frases pasadas.

Entre sus frías manos
esconden mis locuras
porque juntos cantamos
a la vida o a la luna,
aquella que noches enteras
acompañó mi pensar
y con sus frases sinceras
alegó de mi cantar
como un gemido al silencio
como una estrella al final
como un susurro en el tiempo
que no se logró escuchar.

Aquellas toman la forma
femenina de un amor
y aunque no tienen aroma
me parecen una flor
con sus vestidos de tela
que sostienen mi cabeza
que entre veces se desvela
porque no tiene paciencia.

Son pedazos de algodón
son retazos del recuerdo
del recuerdo que quedó
como un futuro primero,
un futuro que soñé
antes de poseerlo
un futuro que tracé
cuando era muy incierto.

Las almohadas no tienen vida
pero sí mis pensamientos
el silencio no respira
mucho menos tiene cuerpo
lo que respira son mis sueños
sí, mis sueños tienen aliento
cuando forman espejismos
o cuando trazan un intento.

La luna no tiene voz
pero el amor si habla
aunque sólo es amor
hace volar sin alas
es el culpable de ver
en los retazos de tela
la forma de una mujer
que en las noches me desvela.