Esta noche, tiembla mi voz,
tiemblan mis manos,
mi corazón, está temblando,
por la emoción, que ha llegado,
y aquí estoy, aquí a su lado.
¡Señor Jesús!, a ti pedía,
en oración, de noche y día,
y al fin llegó, después de tanto,
gracias Señor, a ti te alabo.
No fue en un mes,
fueron, mil días,
un sueño fue, y a ti pedía,
por la ilusión, que ahora tengo,
y aquí a tus pies, yo te agradezco.
Un día comenzó aquel latido,
que hizo estremecer, el sueño mío,
me hizo lloriquear algunas veces,
y mucho, mucho mas, con tantos meses,
muy pronto yo sentí que se perdía,
aquella ilusión que yo tenía,
mas tú, le diste aliento a mi vida,
porque soñaba yo, con este día.
Ahora quiero dar muchas palabras,
y sale solamente, un suspiro,
cumpliste con amor, el sueño mío,
y a ti, te viviré agradecido;
y hoy uno a sus manos mis latidos,
y juntos colocamos dos anillos,
porque ayer soñé, este momento,
y ahora es verdad, ya no es un sueño,
y mucho, mucho mas tiembla mi voz,
y ya no puedo hablar, mi gran Señor,
tan solo agradecer con los latidos,
por ser mi realidad, un sueño mío.
¡Gracias Señor!