Fue un día, cargado de muchos suspiros,
peregrinos en la vida,
viajeros, con muchos caminos.
Fueron horas, vestidas de muchos colores,
llevaban en sus brazos unas líneas,
y en sus palmas, capullos de flores.
Fueron segundos, tendenciosos y estresados,
que volvieron a cerrar sus ojos,
y esperaron, a estrecharse las manos.
Fueron momentos, anhelando una realidad,
que sería tornada en belleza,
porque al fin llegaría el final.
Tantas cosas, escritas ahí,
en el diario escrito en pasado,
un recuerdo, que no volverá,
pero es base, de aquello esperado.
Un recuerdo, que sacó de un sombrero
una joya que brilla sin sol,
y que quiso expresarlo primero,
y dar gracias, mil gracias a Dios.
Esa joya, es puesta en sus manos,
ese logro, que tanto tardó,
y llegó al final de los años,
con la ayuda, con la ayuda de Dios.
Compilación de momentos, experiencias y expresiones, con el toque perfecto del amor. Elmer Monzón
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