La lluvia crea nostalgias

Un destello

El poema de mi Madre... Bello destello de luz en mi vida....

Un destello

Sublime destello de tus ojos

perfecta caricia en tu mirada

y sonrisa que hace complemento,

con la belleza que brota de tu alma.

Envuelves como sol abrasador,

los más recónditos sentires de vida,

que brotan con la presencia del amor,

por el impacto de tus ojos ¡Madre mía!

No es posible describir aquel torrente,

de un millar de millares de canciones,

que en la rima de los versos hacen siempre,

un paisaje de palabras y emociones,

que no dicen todo aquello que en el alma,

 ha habitado cual tesoro en bendiciones.

El destello de tus ojos es un sueño,

realidad en esta vida tan confusa,

que aclara este camino y hace tierno,

el sentir por tu mirada tan profunda.

Otro día quiero estar frente a tus ojos,

no dejar que algo cambie este momento,

y dar gracias al Señor por ser dichoso,

por ser tuyo mi sentir, maravilloso.

Sublime rayo atraviesa hasta el alma,

son tus ojos, tu mirada que me abraza,

y los versos que hacen rima hoy te cantan,

y una vida para amarte, no me alcanza.

Dame un segundo más con tu destello,

el sublime sentir de tu mirada,

en tus ojos de Madre,

y realidad en la vida de mis sueños.

Un grito de amor

Un desborde de amor, para la mujer de mi vida...

Escucho una voz,

no son pensamientos,

habla el corazón,

repite tu nombre, sin parar.

Escucho decir,

que vengas aquí,

que te necesito

y no puedo soportar,

grito: ¡te amo!

grito: ¡te quiero!

y te necesito,

cada segundo más,

grito una vez

pero no hay sonido,

solamente, late el corazón.

Grito un te quiero,

te quiero aquí,

si no vienes tú,

yo iré por ti.

Te quiero abrazar,

no te soltaré,

y quiero gritar al cielo: ¡Te amo!

Eres bendición,

eres mi suspiro,

si habla el corazón,

te dice amor,

que vengas aquí,

si no vienes tú,

yo iré por ti.

Solo tomaré,

con ternura tu alma,

no te soltaré,

y sin decir palabras,

traeré conmigo,

todo el corazón,

y el bello latido,

de nuestro gran amor.

No te robaré,

porque soy tan tuyo,

y es así también,

como mío amor es tu amor.

Grita el corazón,

grita sin parar,

que te amo a ti,

y a tu lado quiero,

quiero siempre vivir.

Grito un te quiero,

te quiero aquí,

si no vienes tú,

yo iré por ti…

Pero hermoso es,

que al pasar los días,

hace algunos meses,

te encontré por fin;

eres el amor,

que siempre busqué,

y ahora estoy aquí,

amándote así,

que si no llegabas,

debía ir por ti…

Escucho una voz,

habla el corazón,

repite tu nombre,

mi hermoso ¡gran amor!

Ven

Para el amor de mi vida que alegra mi corazón...

Ven

Cielo bello de mi vida,

ven muy cerquita de mí,

quiero sentir tu sonrisa,

quiero envolverte también,

con estos brazos que tú amas,

y que anhelan tener,

tu suavidad, tu mirada,

y tu precioso querer.

Cielo bello de mi vida,

acaríciame dulcemente,

que el tiempo pasa y se va,

y quiero vivir el torrente,

del amor que tú me das.

Cielo bello de mi vida,

te quiero aquí conmigo,

te quiero tanto amor…

amor mío, amor mío,

ven muy cerquita de mí,

y entre tus brazos amor,

por siempre quiero vivir.

Ven mi vida, ven aquí.

Gratitud

¿Podrá existir una palabra,

que describa lo que hay,

en lo escondido del alma,

por aquello que me das?

Podré decir mil frases,

podré tratar de hablar,

mas nada es capaz,

de todo explicar.

A ti gracias Señor,

¡profundamente gracias!

con todo lo que soy,

tan sólo doy mil gracias,

mil gracias por la vida,

mil gracias por el sol,

mil gracias por el aire,

y gracias por tu amor,

mil gracias por las flores,

mil gracias por el campo,

y todos los colores,

que veo alrededor,

mil gracias yo te doy,

por este nuevo día,

porque salió el sol,

mil gracias, mi Señor.

Si no hay otra palabra,

que pueda describir,

la plena gratitud,

tan sólo quiero decir:

¡Mil gracias por tu amor,

mil gracias yo te doy!