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domingo, 17 de noviembre de 2013

Bello Amor

Un poema del alma, para el dulce amor de mi vida y regalo del cielo:

Estamos aquí, juntos los dos,
la luna en el cielo, y aquí nuestro amor,
estamos juntitos, con un amor ¡tan bello!
enviado del cielo, enviado de Dios,
porque este amor, es nuestro ¡tan nuestro!
y brilla aún más, que esta luna en el cielo,
una luna preciosa, tan radiante que puedo,
tocarla con el alma y decirte que te quiero,
que te quiero por siempre, aquí juntito a mí,
y abrazarte con el alma
y poderte decir:
como alto está el cielo,
como brilla esta luna,
y como ha brillado el sol,
así brilla mi amor, con tanta intensidad,
porque a ti mi corazón,
te quiero declarar cada día ¡mi amor!
ante esta bella luna y ante este corazón,
y te digo: No hay ninguna,

como tu…. ¡mi bello amor!

domingo, 16 de junio de 2013

Un poema de bendición para el hombre que me dio la vida y me enseñó lo que hoy soy... mi Padre.


Padre querido

Recordaré cada día,
la dulzura en tus palabras,
tu mirada y alegría,
y lo hermoso como me amas,
Padre querido, ¡Que Dios te bendiga!

Por lo firme de tu ejemplo,
y lo bello de tu amor.
tus caricias y tus besos,
daré gracias al Señor,

Porque Dios te ha guardado,
dándote vida y esfuerzo,
y ahora, un nuevo año,
Papi bendito ¡Te quiero!

Eres destello en mis pasos,
eres fragancia en mi voz,
y bendición en mis labios,
te bendiga: mi Señor.

Recordaré cada día,
la dulzura en tus palabras,
tu mirada de alegría,
y lo hermoso, como me amas,

Padre querido ¡Que Dios te bendiga!

jueves, 9 de mayo de 2013

Bendiciones

Para la mujer más hermosa de mi vida...


¡Dios te bendiga madre mía!

Por ser el regalo más grande del cielo,
por ser el motivo que alegra mi día,
porque eres todo lo que yo más quiero,
porque eres la flama, que aviva mi vida.

¡Dios te bendiga madre mía!

Das todo de ti, sin mencionar excusa,
soportas al punto de recibir mi herida,
por eso mi obra, se queda inconclusa,
si escribo por ti, no alcanzará una vida.

¡Dios te bendiga madre mía!

Por ser la belleza, más tierna de mi ser,
pues toda mi sangre, de ti está teñida,
y en muchas virtudes, a ti te puedo ver,
por eso mi  alma, ha sido bendecida.

¡Dios te bendiga madre mía!

Porque amas y luchas sin nada anteponer,
tu entrega, ¡oh madre! ha sido sin medida,
quisiera por siempre, tus ojos poder ver,
y siempre abrazarte, mi perla tan querida.

Porque pongo mi alma, en cada letra escrita,
sabiendo que en ti, amar es realidad,
Y ruego a Dios, por ti madre bendita,
tu eres, el ángel, que Dios me quiso dar.

¡Dios te bendiga, madre mía!

martes, 7 de mayo de 2013

Preguntas nada más


Hoy, quiero luchar con las preguntas,
y descubrir quizá, una respuesta,
porque la vida nos resuelve muchas dudas,
con golpes duros, mil heridas y experiencia…

¿Por qué te dicen mil palabras sin sentirlo?
o si las sienten, ¿porqué se esfuman solo así?
¿por qué el amor a veces cambia su camino?
o se adormece y a veces muda su existir.

¿Por qué se creen las palabras al amar?
como al vacío, se camina sin voltear,
hasta caer al precipicio de locura,
por no ser cierto, lo que amaste, escuchar.

¿Por qué el dolor, está a la vuelta del cariño?
como verdugo, que busca herirlo sin piedad,
¿Por qué se oculta del amor todo sentido?
una ceguera, al amar, es realidad.

¿Por qué es tan duro mencionar aquel adiós?
frustra los sueños, como muerte de dolor,
¿por qué es un trauma, comprender que no hubo dos?
sólo un latido y espejismo de ilusión.

¿Por qué se dice que en el tiempo todo sana?
no es otra cosa, nada más resignación,
¿por qué la vida, con heridas se acompaña?
no más preguntas, si no quiero frustración.

Sólo termino con la cruda realidad,
no más preguntas, hoy no entiendo nada más,
sigo el camino, sólo trato de callar,
así es la vida, ¿Quién la puede explicar?

Vacilantes verdades


Puedo quizá escribir mil frases,
y esparcir al viento, palabras nada más,
o descifrar los suspiros fugaces,
que quizá nadie, nadie escuchará.

Puedo cruzar un escarpado camino,
en busca del más noble corazón,
pero tan cierto es lo que ahora digo,
que la nobleza, solo viene de Dios.

Que los sueños se hagan realidad,
es provisión infinita del cielo,
que se encuentre amor de verdad,
puro, fragante y divino consuelo,
es encontrar en las manos del Señor,
aquel amor derramado en la cruz,
porque ese verdadero amor,
bella verdad, ¡oh señor!, eres tú.

Que las rosas adornan un corazón,
que las palabras envuelven el alma,
que los regalos provocan ilusión,
que las sonrisas, encienden una llama,
que los abrazos, complementan lo dicho,
que las miradas atraviesan sin pensar,
y sin esfuerzo, nace un leve suspiro,
como los latidos más puros al amar,
mas que razones… son una verdad.

Pero nada será perdurable,
como aquello que sólo en Dios existe,
porque el amor no se entrega de balde,
y sin cesar, cada día persiste,
hasta entender, que la vida es incierta,
como incierto lo es el amor,
y que el alma, nunca será muerta,
porque de ella, sólo cuida mi Señor.

lunes, 18 de marzo de 2013


Un recuerdo del ayer... ¡inolvidable año 2007!

La carrera de mi vida

Una lagrimilla se asoma
al final, de mis ojos cansados,
en la espalda, aun tengo el aroma,
el residuo, de los días pasados,
en los cuales no tuve,
más que figuras y letras,
viajando en el cielo,
de mi mente, como nube,
transformando, horas inciertas,
en interminables gotas que queman,
y se convierten en demoras,
y lagunas mentales, aumentan,
o la poca razón se borra.

Cada mañana es un martirio,
agotado lo empiezo,
y agotado lo termino,
y termina el tropiezo,
al final del periodo,
cuando no pude más,
que decir nada,
en mi mente solaz,
no transcurrió palabra;
porque quise decir,
lo que no entendí,
o aquel leve residuo,
de algo que aprendí,
pero se fue del camino.

Madrugadas extensas,
frío impecable y voraz,
son lecturas inmensas,
y de trabajos, aún mas;
veo que todo se junta,
trabajo, estudio y cansancio,
y siento la tarde inmunda,
atormentada, por un mal rato.

En mi cabeza doy vueltas,
y el dolor se vuelve mío,
conozco ya mis jaquecas,
y mucho más el motivo.

Quisiera correr de aquí,
alejarme de la tierra,
llegar, a descansar por allí,
donde nadie lo supiera.

Pero comprendo ahora,
que estas gotas de sudor,
serán mañana gloria,
entregada al creador.

Veo al final la corona,
del esfuerzo y del martirio,
sobre una bella alfombra,
y en una silla, de ejecutivo,
tomando mil decisiones,
y administrando mejor,
ya sin mil confusiones,
con una paz y un amor.

Mas ahora solo queda,
seguir como aún estoy,
esperando el bus que llega,
donde parado me voy,
o colgando como simio,
esperando llegar,
a mi casa como siempre,
a tratar de cenar,
y continuar con mi fiebre,
que me enseña lo que puede,
y sé que la llamo así,
porque me hace sufrir,
pero de ella se aprende.

Fiebre de estudio y de letras,
cálculos financieros,
a veces le doy mil vueltas,
y mis respuestas son ceros.

Más aún he de seguir,
administrando mi día,
aprendiendo a decidir,
en la carrera, de mi vida.

viernes, 1 de febrero de 2013


Reloj en mi camino

El reloj en su tic tac,
desprendió flores y rosas,
y volando marcharán,
esas bellas mariposas,
son sueños y realidad,
de esta vida tan hermosa.

Una flor salió volando
y entendí que viva estaba,
y en su paso fue dejando,
la esperanza que llevaba.

Parecida a una flor,
una flor maravillosa,
esperanza con amor,
una bella mariposa.

Cada esperanza viva,
será bella en mi destino
y será hoy desprendida,
del reloj en mi camino,
cada sueño es profundo,
pero tierno y sencillo,
cada anhelo es un segundo,
y el tic tac, es sueño mío.

Ese tiempo que hoy transcurre,
sin detener su paso,
se evapora como nube,
o se esfuma sin descanso,
y desprende una figura,
cual pequeña mariposa,
 va volando sin premura,
y es figura primorosa.

En su amor tan infinito,
el Señor me vio a su lado,
y me quiso ahí consigo,
sin haber sido creado,
por su gracia y su amor,
el anhela que hoy le sirva,
con el tic tac del reloj,
amándolo, cada día.

Volaré hacia el Señor,
como bella mariposa,
me vio antes de ser yo,
y es mi vida, muy dichosa…

Cada esperanza viva,
será bella en mi destino
y será hoy desprendida,
del reloj, en mi camino.


En oración

Tan sólo déjame,
un momento aquí postrado,
un segundo en tu presencia,
a los bordes de tu estrado,
de tu gloria y de tu esencia,
como cálida mañana,
o paisaje sin igual,
bella y fresca madrugada,
hermosura al natural.

Tan sólo déjame,
esperar oír tu voz,
que dé un giro a mis sentidos,
cautivando el corazón,
y mil gracias, mil gemidos,
o mil lágrimas quizá,
brotarán con los latidos,
al poderte escuchar.

Tan sólo estoy,
sólo y cerca de tus pies,
sin dejar a la razón,
que se acerque alguna vez,
tan solo estoy, aquí, en oración.