Un silencio que habla

Que el amor mío aflora un silencio,

que si observarte no lo dice todo,

que si lo expreso, ten presente que quiero,

decir mil cosas, mas no encuentro cómo.

Cómo decir que te amo tanto,

cómo expresar sin dejar salir,

una emoción que sólo trae el llanto,

y que detiene un momento,

la nota más hermosa, que puedo yo sentir.

¿Es la expresión tan sólo observar?

¿Está en mi alma un parlante oculto?

¿Es un misterio no poder hablar?

cuando fluyen del alma,

indescriptibles versos,

en papel no se graban,

son sinceros sentimientos…

Ven un momento mamá,

y abrázame, no puedo hablar,

quiero tan sólo acá tenerte,

y que sientas conmigo,

una hoguera de amor,

que te dice sin sonidos,

¡Madre bendita!...

¡Te amo tanto a ti!,

Madre, madre mía,

¡gracias por amarme así!.

Un despertar

La penumbra huye en el horizonte,

suenan notas de una nueva canción,

las aves describen en múltiples cantos,

sonora gratitud, sin igual adoración.

Fluye la brisa, sin tornar atrás,

estremece su caricia fría,

detengo el paso, ¡aquí estás!,

gracias Señor… es un nuevo día,

un nuevo día que no merezco,

otra razón para descubrir,

lo maravilloso del amor eterno,

lo inexplicable: ¡Tú sigues aquí!

Yo no alcanzo la medida que esperas,

y aún me brindas otro día más,

que si lo pido mi alma renuevas,

¡Alma mía!, adora a Jehová.

La luz en el nuevo horizonte,

brilla con fuerza, con resplandor,

me diste vida, me has cambiado el nombre,

gracias por todo, ¡Gracias Señor!