En oración
Tan sólo déjame,
un momento aquí postrado,
un segundo en tu presencia,
a los bordes de tu estrado,
de tu gloria y de tu esencia,
como cálida mañana,
o paisaje sin igual,
bella y fresca madrugada,
hermosura al natural.
Tan sólo déjame,
esperar oír tu voz,
que dé un giro a mis sentidos,
cautivando el corazón,
y mil gracias, mil gemidos,
o mil lágrimas quizá,
brotarán con los latidos,
al poderte escuchar.
Tan sólo estoy,
sólo y cerca de tus pies,
sin dejar a la razón,
que se acerque alguna vez,
tan solo estoy, aquí, en oración.
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